Al descender del cerro en el funicular, nuestro hijo se percató de que había un zoológico y quiso ir. Por lo tanto, entramos y pasamos una hora y media explorándolo.
Lamentablemente, es un zoológico de los 80, con animales en cautiverio sin espacio para moverse, que requiere una modernización urgente. No es una reserva, es lastimoso y encima cansa pila porque uno va subiendo y bajando los caminos empinados del cerro para poder acceder a las diferentes áreas que lo componen.
Luego de visitar el zoológico, fuimos caminando al centro gastronómico Patio de Bella Vista, que se encuentra en el barrio Bella Vista uno de los barrios más pintorescos de Santiago.
El Patio de Bella Vista es un lugar sumamente recomendable para todos los que disfrutan la buena gastronomía, pero con precios un tanto elevados.
Después de almorzar emprendimos el retorno hacia el parque, tomamos el funicular y el teleférico nuevamente para retornar a nuestro alojamiento.
Resumiendo, el parque es precioso y es maravilloso ver como tanta gente aprovecha la naturaleza y pedalea fuerte para subir esas ciclovías empinadas. Aunque nosotros optamos por la opción más cómoda, se las recomiendo, porque las vistas de Santiago desde el teleférico son formidables.
Muy buena información! Se nota que la han pasado muy lindo, gracias por compartir!
Gracias Marta por tu valoración. 🙂
Hermoso país espero poder ir pronto gracias por la información 🙂
Me alegra mucho Angie que te haya servido la información y espero que puedas ir pronto. Gracias por comentar 🙂